Diabetes Mellitus tipo 2.
Las personas obesas desarrollan resistencia a la insulina, sustancia que regula los niveles de azúcar en la sangre. Con el tiempo, el alto contenido de azúcar resultante en la sangre puede causar serios daños a las arterias, produciendo obstrucción en los vasos del corazón, riñones, cerebro y extremidades.}
Osteoartritis.
El peso adicional aplicado a las articulaciones, especialmente a las rodillas, tobillos, cadera y a la columna, ocasionan su rápido desgaste, acompañado de dolor e inflamación, pudiendo ocasionar problemas de hernias discales y menor movilidad articular.
Apnea obstructiva del sueño y problemas respiratorios con ronquidos.
Los depósitos de grasa en la lengua y el cuello pueden causar obstrucción intermitente del paso del aire por las vías respiratorias. Dado que esta obstrucción se aumenta cuando se duerme boca arriba, es posible que usted se tenga que despertar con frecuencia roncando, para reacomodarse en la cama. La reducción de sueño resultante a menudo produce adormecimiento en el día y dolor de cabeza.
Dislipidemias.
Son una serie de trastornos en las substancias grasas de la sangre. Una forma común de dislipidemia es la que a menudo se denomina “colesterol alto”. Sin embargo, la dislipidemia es un término que engloba a todos los problemas de salud relacionados, como resultado de tener un exceso de ciertos lípidos o escasez de ciertos tipos de estos. El peligro está cuando los lípidos comienzan a acumularse en las paredes de las arterias, junto a las plaquetas y otros detritos, entonces comienzan a causar el engrosamiento obstrucción y endurecimiento de éstas. Algunas arterias terminan, literalmente obstruidas; a esta condición la denominan los médicos ateroesclerosis. Dependiendo del sitio de obstrucción, puede resultar un infarto del órgano al que esa arteria surtía oxigeno.
Reflujo gastroesofágico y gastritis.
Los ácidos cumplen su función en el estomago y raramente causan problemas cuando permanecen en este. Cuando hay reflujo de ácido hacia el esófago, a través de una válvula debilitada o sobrecargada en la parte superior del estomago, ocasiona el denominado reflujo gastroesofágico, de lo cual son síntomas comunes la “acidez estomacal” o dolor ya sea detrás del pecho o “en la boca del estomago”. Aproximadamente entre el 10% y el 15% de los pacientes que presentan síntomas esporádicos, incluso benignos, de acidez desarrollan una afección conocida como esófago de Barrett, que consiste en un cambio premaligno en la mucosa o capa que cubre el esófago en su interior y que es una causa de cáncer de esófago. Por otro lado, este reflujo gastroesofágico puede ponerse en contacto con las vías respiratorias (bronquios) produciendo crisis de Asma o broncoespasmo.
Enfermedades de la Vesícula Biliar.
Estas ocurren con mayor frecuencia con la obesidad, debido en parte a sus reiterados esfuerzos por adelgazar (dietas), las cuales producen un cambio en el metabolismo, predisponiendo a estos pacientes a formar cálculos (piedras) vesiculares. Cuando se forman estos cálculos en la vesícula biliar, pueden causar fuertes dolores abdominales, infección e ictericia (coloración resultante de acumulación de bilirrubinas en el cuerpo), los cuales conllevan a la necesidad de la extirpación de vesícula biliar.
Cáncer.
Con la obesidad puede incrementarse en un 50% más, las posibilidades de padecer ciertos tipos de cáncer. En las mujeres, cáncer de mama, útero, endometrio y ovarios. En los hombres, se incrementa la posibilidad de cáncer de colon y próstata.
Infertilidad por Síndrome de Ovarios Poliquísticos y trastornos del ciclo menstrual.
Las mujeres que padecen obesidad mórbida a menudo experimentan trastornos de su ciclo menstrual, incluso la interrupción del mismo, flujo menstrual anormal y mayor dolor.
Estrías.
La higiene de la piel puede constituir un serio problema en las personas obesas, dado que es muy frecuente la fricción o roce de la piel, pudiendo causar pequeñas escoriaciones o lesiones, que traen como consecuencia infecciones micóticas (hongos) o bacterianas. Por otro lado se puede producir oscurecimiento y engrosamiento de la piel en el cuello, sitios de fricción y pliegues (Acantosis Nigricans), así como la aparición de verrugas y cuernos cutáneos.
Inflamación de las piernas y úlceras en la piel: la inflamación de las piernas es común entre los obesos y sus causas pueden ser la disminución del retorno venoso o formación de los coágulos sanguíneos en las venas de las piernas. De no recibir tratamiento, se puede presentar ulceraciones en las piernas sumamente difíciles de tratar.
Incontinencia urinaria de esfuerzo.
Un abdomen grande y pesado, sumado a la relajación de los músculos pélvicos, especialmente asociados con los efectos del parto, pueden causar el debilitamiento del esfínter o válvula de la vejiga, lo cual puede producir el goteo de orina al toser, estornudar o reírse.
Embolia pulmonar.
Los émbolos pulmonares no son más que coágulos dentro de la circulación venosa de los pulmones. La mayoría de estos coágulos se forman en las extremidades inferiores, por una condición conocida como Trombosis Venosa Profunda (TVP). Dado que las personas con sobrepeso son más susceptibles a problemas circulatorios, sus posibilidades de experimentar embolias pulmonares y muerte súbita son mayores.
Psicosociales.
No menos importantes son los problemas psicológicos, sociales y económicos (dificultades para el trabajo por sus limitaciones, invalidez, discriminación en el trabajo, aviones, teatros, etc.). Estos pacientes, frecuentemente tienen auto-imagen negativa, con tendencia a la depresión, aislamiento social, problemas sexuales, divorcios y puden llegar hasta el suicidio. Todo esto hace que el individuo posea una calidad de vida deficiente y tenga un riesgo elevado de sufrir complicaciones severas, que comprometen su expectativa de vida. Por otra parte, estas personas con graves condiciones de sobrepeso, enfrentan constantes choques emocionales, fracasos repetidos en las dietas que emprenden, desesperación de familiares y amigos, sonrisas burlonas y comentarios de extraños.
Enfoque para el problema.
El tratamiento quirúrgico de la obesidad es una cirugía mayor, que no consiste en un tratamiento cosmético. No consiste en quitar la grasa. La cirugía bariátrica consiste en reducir el tamaño del estómago, asociado o no, a un procedimiento que impida la absorción de algunos nutrientes por vía laparoscópica. Su práctica cada vez es más frecuente para tratar la obesidad mórbida y es resultado de tres factores:
- El conocimiento actual de los riesgos significativos que representa la obesidad mórbida para la salud.
- El grado relativamente bajo de riesgos y complicaciones de los procedimientos, comparado con el hecho de no realizar la cirugía.
- La ineficiencia de los métodos no quirúrgicos actualmente utilizados para lograr una reducción de peso eficaz y mantenida
La cirugía bariátrica está indicada en pacientes entre 15 y 65 años de edad. Los pacientes que tengan un Índice de obesidad (IMC), superior a 40, son candidatos a la cirugía para mejorar su calidad de vida, evitar complicaciones y una muerte prematura. También, está indicada la cirugía en pacientes con un IMC entre 35 y 40, con co-morbilidad o co-morbiliddes. El fallo repetido con tratamientos médicos y dietas es una razón obvia para la cirugía. Algunos candidatos a la cirugía son tan obesos y con tan mala salud, que tiene que ser hospitalizados y tratados antes para mejorar su riesgo operatorio.
La opción de la cirugía, se debe ofrecer a los pacientes bien informados, motivados, que deseen fervientemente un cambio en su peso, estilo de vida y que tengan un riesgo operatorio aceptable. El paciente debe aceptar controles y seguimiento después de la operación, que debe ser de por vida.
En cada caso se deben valorar los riesgos y los beneficios de la cirugía. Ante todo, la cirugía se debe considerar como un método destinado a aliviar una enfermedad que debilita a quien la sufre. Si bien, el costo de esta cirugía no esta al alcance de todos los pacientes, éste es menor que los riesgos de la obesidad y menor que el tratar a mediano y largo plazo las enfermedades secundarias y sus complicaciones con mejor calidad de vida.
Eficacia de la cirugía de obesidad.
La cantidad real de peso que pierde un paciente después del procedimiento, depende de varios factores entre los cuales se encuentran: La edad, el peso antes de la cirugía, la condición general de salud del paciente, el procedimiento quirúrgico realizado, la capacidad del paciente para hacer ejercicio, su compromiso de seguir y mantener las indicaciones sobre la dieta y otros cuidados de seguimiento, la motivación del paciente y la cooperación de su familia, amigos y relacionados.
En general, se define como éxito en una cirugía bariátrica, como el control o curación de las co-morbilidades, el lograr una perdida del exceso de peso, de por lo menos un 50% o más y mantener este nivel por lo menos cinco años. La operación ideal es aquella, la cual la que pérdida del exceso de peso sea superior al 50%, se mantenga más de 5 años, que se beneficien al menos el 75% de los pacientes intervenidos, que permita una buena calidad de vida y de alimentación, que no tenga complicaciones a largo plazo, y que tenga un bajo riesgo de mortalidad (< 1%) y complicaciones (<10%). Los datos clínicos varían según cada uno de los diferentes procedimientos mencionados. Los resultados también pueden cambiar según cada cirujano.
Estudios clínicos revelan que, después de la cirugía, la mayoría de los pacientes pierden peso rápidamente y continúan haciéndolo hasta los 18 y 24 meses después del procedimiento. En los seis primeros meses, los pacientes pueden perder entre 30% y 50% de su sobre peso, e incluso 70% a 80% del exceso de peso a los 12 meses después de la cirugía.
Los pacientes con IMC iniciales más bajos, pueden perder un porcentaje de peso mayor de su sobrepeso y probablemente se aproxime más a su peso corporal ideal. Los pacientes con Diabetes tipo 2, tienden a mostrar una menor reducción global de sobre peso, que los pacientes que no padecen esta enfermedad. Se ha encontrado que la cirugía, es eficaz en el mejoramiento y control de muchas enfermedades o condiciones de salud relacionadas con la obesidad.
Un estudio realizado en 500 pacientes mostró que, el 96% de ciertas enfermedades asociadas que se estudiaron (dolor de espalda, apnea del sueño, hipertensión arterial, diabetes y depresión), se mejoraron o se curaron. Por ejemplo, muchos pacientes con diabetes tipo 2, aunque mostraron una menor reducción global de sobrepeso, resolvieron de modo excelente su condición diabética, al punto que su necesidad de continuar con el medicamento, fue muy leve o desapareció.